El yoga es un diálogo constante con nosotros mismos. Nos enseña a reconectar lazos que hemos ido perdiendo con un ritmo de vida agotador. Pero podemos volver a sentir nuestro cuerpo, podemos escuchar de nuevo con calma a nuestra mente.
A diferencia de otras prácticas (estiramientos, gimnasia sueca, pilates, etc.) el yoga es mucho más que un ejercicio físico. Se trata de algo único y global porque conecta mente y cuerpo al ritmo de la respiración.
A partir de esa conexión podemos meditar, desarrollar una atención interior plena que nos permita estar en el momento presente no sólo durante la clase sino en muchos otros momentos de nuestro día a día.